En julio de 2015, cinco años después de la creación de Instagram y cinco antes del BREXIT (no tiene relación con el artículo, pero sí ayuda a que te crees un marco histórico), una joven ALLA BRULETOVA realizaría su primera publicación en la plataforma de Meta sin saber que, ocho años más tarde, un video corto y simple, siguiendo la tendencia del ASMR, lograría que se apoderara de todo Internet.

Con un clip de un Bentley Mulsanne y sus particularidades, esta joven virgo de 24 años, antigua gimnasta y entusiasta de la equitación, se hizo sensación; su carrera como modelo la ha llevado a las Semanas de la Moda más importantes (París, Milán, ya sabes), a las portadas de las mejores revistas del mundo, a lanzar sus propias canciones y, de paso, a convertirse en un referente fresco de esta industria, vistiendo tanto marcas de gran renombre como pequeñas firmas emergentes que logra y disfruta estampar en el mapa.

Dueña de un agudo ingenio, una belleza onírica y una pasión y estilo desbordantes, Alla nos enseña cómo se debe llevarla elegancia sensual y reptante que captura el ojo del creativo Jacques Burga, fotógrafo que se ha convertido en todo un referente editorial gracias a su maestría para capturar las luces y sombras (literal y figurativamente hablando) de quien se coloca frente a su cámara (solo basta echarle un ojo a esta otra historia de The Walk para comprobarlo).

En esta narrativa sobre la feminidad y la hermosura latente de lo que es (o parece) puro, la dupla de Jacques y Alla nos transportan a un mundo íntimo que han hecho completamente suyo; nos arrastran a un sueño en el que el artista y su musa hacen de las suyas para conquistarnos.